La inclusión indígena

Por Jocelyne Leiva Frost, periodista

El término inclusión “significa integrar a la vida comunitaria a todos los miembros de la sociedad, independientemente de su origen, de su actividad, de su condición socio-económica o de su pensamiento”. Agregaría a esta definición, respetando sus diferencias.

Esto precisamente es lo que NO ha sucedido con los indígenas en nuestro país, donde no hemos sido capaces de aceptarlos y acogerlos como son, no hemos entendido cuáles son sus necesidades y creencias, pasando a llevar continuamente su cultura y sus formas de vida.

Inclusión NO ES utilizar la palabra “indio” de manera despectiva contra una persona para ofenderla, como si el pertenecer a una etnia fuese motivo de degradación.

Inclusión NO ES avergonzarse por tener un apellido de origen indígena y cambiarlo para ser “aceptado”.

Inclusión NO ES que a los mapuche se les aplique la ley antiterrorista y se los condene a las penas del infierno, mientras  el carabinero que asesinó por la espalda a uno de ellos sólo deba firmar mensualmente.

Inclusión ES rescatar el aporte que han hecho a nuestra historia y cultura, valorando su contribución a la construcción de la identidad chilena.

Inclusión ES que nuestros niños y niñas en los colegios aprendan de forma obligatoria, sobre su idioma y sus costumbres, con la misma fuerza con que se enseña la historia de Europa y Estados Unidos.

Inclusión ES buscar en nuestro árbol genealógico nuestros ancestros indígenas y sentirnos orgullosos de ello.

Inclusión ES existir y no sólo ser reconocidos constitucionalmente.

Cómo decía nuestra gran Violeta, varios años atrás “son injusticias de siglos
que todos ven aplicar, nadie le ha puesto remedio pudiéndolo remediar”. Hace rato que llegó la hora de comenzar, aunque sea con pequeños gestos.

En este tema, la inclusión no debe limitarse sólo a un reconocimiento formal, sino que debemos entender y asumir profundamente que los pueblos originarios son parte de nosotros, y que juntos formamos un todo.